El TGP, antes conocido como DGP (Diagnóstico Genético Preimplantacional) permite estudiar el ADN de los embriones. Con él podemos detectar anomalías cromosómicas,  evitando transferir al útero de la mujer los embriones afectados por enfermedades como la Fibrosis Quística, la Talasemia, el  Síndrome de Down o la Distrofia Muscular, entre otras. De este modo se evita la transmisión de enfermedades hereditarias o de afecciones cromosómicas incompatibles con la vida.

Hay tres tipos de TGP:

PGT-A, el Test Genético Preimplantacional para la detección de aneuploidías.

PGT-M, el Test Genético Preimplantacional para la detección de enfermedades monogénicas.

PGT-SR, el Test Genético Preimplantacional para la detección de alteraciones estructurales.

¿Quieres saber en qué consiste cada tipo de TGP y en qué casos es indicado? Nuestro equipo estará encantado de explicártelo.