Esta técnica se realiza con el objetivo de mejorar la implantación embrionaria y los resultados de fecundación in vitro. Se lleva a cabo mediante la práctica de un orificio en la zona pelúcida (“la cáscara”) del embrión  para facilitar su salida y su  implantación. Permite la eclosión embrionaria con mayor facilidad,

Este método se desarrolla generalmente en embriones que tienen características morfológicas poco habituales, como membranas gruesas o amorfas y que dificultan la implantación.

Durante este proceso, que se realiza con láser, también se pueden extraer pequeñas imperfecciones del embrión que pueden alterar su desarrollo.